Dolor en las costillas durante el embarazo: ¿Por qué sucede y cómo aliviarlo?
- Claudia Rodriguez
- 23 jul
- 3 Min. de lectura
El embarazo es una etapa transformadora, llena de emociones, expectativas… y también de algunos malestares físicos que pueden tomarte por sorpresa. Uno de ellos, que muchas mujeres embarazadas experimentan especialmente en el segundo y tercer trimestre, es el dolor en la zona de las costillas.

Aunque puede resultar incómodo e incluso afectar el descanso y la movilidad, este dolor generalmente es una parte normal de los cambios que está atravesando tu cuerpo y no suele representar riesgo alguno para ti o tu bebé.
¿Por qué duele la zona de las costillas durante el embarazo?
Durante la gestación, el cuerpo se adapta constantemente para dar espacio al bebé en crecimiento. Esta “reestructuración interna” puede generar una sensación de presión o molestia en la parte alta del abdomen o en los laterales del torso. Entre las causas más comunes, encontramos:
Crecimiento del útero: A medida que el útero se expande, comienza a empujar los órganos internos hacia arriba, presionando el diafragma y, en algunos casos, la caja torácica. Esta presión puede generar dolor en las costillas, sobre todo en el tercer trimestre.
Cambios hormonales: Durante el embarazo, el cuerpo produce una hormona llamada relaxina, que afloja los ligamentos y articulaciones para facilitar el parto. Pero esa misma flexibilidad puede hacer que la zona torácica se vuelva más sensible o inestable.
Movimientos del bebé: A partir del segundo trimestre, es común sentir pataditas o empujones del bebé. Cuando su posición o movimientos impactan cerca de las costillas, el resultado puede ser una molestia bastante puntual y a veces persistente.
Postura y peso: El aumento de peso y el cambio en tu centro de gravedad pueden alterar tu postura natural. Esto genera tensiones musculares en la espalda, hombros y costados, lo que también puede sentirse como dolor en las costillas.
Acidez o reflujo: Estos síntomas digestivos, muy comunes en el embarazo, pueden provocar una sensación de ardor o presión en la parte alta del abdomen que, a veces, se irradia hacia el área costal.
Cosas menos frecuentes: En algunos casos, el dolor puede deberse a afecciones como la costocondritis (inflamación del cartílago entre las costillas) o la neuritis intercostal (irritación de los nervios entre las costillas). Si sospechas que el dolor es más intenso o inusual, conviene consultarlo con tu médico.
¿Qué puedes hacer para aliviar este dolor?
La buena noticia es que, aunque es molesto, este tipo de dolor suele ser pasajero y puede manejarse con algunos cuidados. Te dejo varias estrategias que pueden ayudarte:
Cuida tu postura: Mantén la espalda recta y los hombros relajados, especialmente al estar sentada. Evita encorvarte hacia adelante.
Elige un buen asiento: Usa sillas con soporte lumbar o coloca un cojín en la parte baja de la espalda para evitar tensiones.
Evita permanecer mucho tiempo en una sola posición: Cambia de postura con frecuencia, sobre todo si estás sentada por periodos largos.
Incorpora estiramientos suaves: Ejercicios como los estiramientos laterales o el yoga prenatal pueden aliviar la tensión en el torso.
Aplica calor: Una compresa tibia en la zona adolorida durante 15–20 minutos puede ayudarte a reducir la molestia.
Usa ropa cómoda: Evita prendas apretadas o con elástico en la parte alta del abdomen. La ropa holgada es tu mejor aliada.
Busca una buena postura para dormir: Dormir de lado, preferiblemente sobre el lado izquierdo, mejora la circulación y reduce la presión sobre órganos internos.
Cuida tu alimentación: Una dieta ligera, balanceada y fraccionada puede ayudar a evitar la acidez y la sensación de presión abdominal.
¿Cuándo debes consultar al médico?
Aunque el dolor en las costillas suele ser una parte normal del embarazo, hay situaciones en las que es importante buscar atención médica sobretodo si se presenta lo siguiente:
Dolor intenso o persistente que no mejora con descanso.
Dificultad para respirar o dolor en el pecho.
Fiebre, enrojecimiento o inflamación localizada.
Hinchazón repentina en una pierna o sensación de falta de aire.
Recuerda: No estás exagerando ni siendo “demasiado sensible”. Escuchar a tu cuerpo es una parte fundamental del autocuidado en el embarazo.
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