¿Está bien si me tomo una copita de vino o una cervecita en el embarazo?
- Claudia Rodriguez
- 17 may
- 2 Min. de lectura
¡La respuesta es NO, y es un NO rotundo! El alcohol en el embarazo puede perjudicar el crecimiento de tu bebé y su neurodesarrollo a corto y largo plazo.

El consumo de alcohol está tan integrado en la vida cotidiana que ingerir pequeñas cantidades se ve inofensivo o no se considera como un consumo de verdad lo que hace que, desafortunadamente, el consumo de alcohol durante el embarazo sea cada vez más común.
Un estudio realizado por el grupo de trabajo del Centro de Medicina Materno-Fetal del Hospital Clínic y el Hospital Sant Joan de Déu en Barcelona, encontró que el 42% de las embarazadas consume alcohol, aunque sea un '”consumo social”, lo que equivaldría a una copa de vino a la semana, y solo entre el 2% y el 3% de las mujeres son conscientes de que una sola copa de vino es perjudicial. Por esta razón, hoy te quiero hablar sobre los efectos que puede tener “una cervecita o copita de vino a la semana” en el embarazo, para generar conciencia sobre los peligros de este en esta crucial etapa.
Cuando una mujer embarazada consume alcohol, este atraviesa la placenta y llega directamente al bebé, donde puede afectar el desarrollo del tejido neurológico. Incluso pequeñas cantidades pueden interferir con la formación del cerebro y aumentar el riesgo de dificultades en el aprendizaje y el comportamiento.
Un estudio retrospectivo en el que se incluyeron a 9,700 jóvenes de edades entre los 9 y 10.9 años que estuvieron expuestos a cualquier grado de alcohol prenatal se asoció con una mayor tasa de psicopatologías, déficit de atención e impulsividad.
El consumo de alcohol en el embarazo también puede alterar la absorción de nutrientes y el crecimiento fetal, además de asociarse a un mayor riesgo de prematuridad, aborto espontáneo y bajo peso al nacer.
Si bien no existen estudios que hablen de la relación exacta dosis-respuesta entre la cantidad de alcohol consumido durante el período prenatal y el alcance de los daños causados por el alcohol en el bebé, todas las guías de práctica clínica nacionales e internacionales recomiendan la abstinencia total del alcohol en la concepción y durante el embarazo ya que bajos niveles de consumo prenatal de alcohol pueden influir en el desarrollo craneofacial del bebé.
La consecuencia más grave que se puede presentar por el consumo excesivo es el síndrome alcohólico fetal, donde encontramos alteraciones físicas, mentales, conductuales y cognitivas; de igual manera, la muerte fetal dentro del útero, está bien descrita en pacientes con consumo de alcohol en el embarazo.
En dos grandes estudios epidemiológicos se observó un aumento de la tasa de muerte fetal in útero en todas las categorías de ingesta de alcohol; la tasa de muerte por disfunción fetoplacentaria aumentó de 1.37 por cada 1,000 nacimientos en pacientes que consumen menos de una bebida alcohólica por semana a 8.83 por cada 1,000 nacimientos para aquellos que consumen más o igual a cinco bebidas por semana.
Dado que en la actualidad no existen estudios confiables que reporten un umbral "seguro" confirmado de exposición al alcohol durante el embarazo, la recomendación es que evites consumirlo en esta estampa para evitar complicaciones en tu bebé.
¡Recuerda que la salud empieza antes de nacer!